Hablar de la época de oro del cine mexicano es echar un vistazo a una pléyade de estrellas de la cinematografía nacional, es contemplar trozos de la historia de México y el retrato de un país donde los valores de la mexicanidad y la identidad nacional se estaban transformando. Es quizás este proceso de transformación el que lleva a los directores del cine de aquel tiempo a sus guionistas y argumentistas a retratar el México que se iba quedando en la nostalgia del pasado. Más allá de la propaganda política, la revolución cultural, y la segunda guerra mundial que azota a Europa y a Norteamérica, por aquellos días el cine se solapa en los sentimientos más profundos del pueblo que lo contempla admirado, que se extasía con el autorretrato y aplaude el nacimiento de los mitos y los ídolos. Las grandes salas de cine de la época contribuyen a la magnificencia del espectáculo, para nada son las diminutas salas tecnológicas de nuestros días, por el contrario son los teatros enormes de telones que se recorren elegantemente y por supuesto aparecen las grandes pantallas de los cines y por si esto fuera poco, se escucha en toda la sala la música, elemento indiscutible e imprescindible de la época de oro del cine nacional, que funda principalmente su proyección en el género del melodrama cuyo significado etimológico viene del griego: melos, música osea “obra literaria o teatral, acompañada de música”, desde este concepto fundamental podemos imaginar la importancia que tuvo la música en el desarrollo de esta etapa de la cinematografía nacional.
La película que marca el inicio de la llamada época de oro del cine mexicano es “Allá en el rancho grande” (1936-Fernando de Fuentes) como la película que marca definitivamente el inicio de esta época, fue entonces que los compositores aparecieron para dejar también su huella en este proceso, sin lugar a dudas. Uno de los mas prodigiosos y destacados fue Joaquín Pardave, actor comediante, dramaturgo, músico y bailarín que está considerado como uno de los compositores más representativos de la época, el junto con otros autores como Manuel Esperón, Alfonso Esparza, Chucho Monge, Pepe Guisar, Ernesto Cortázar, Cuco Sánchez, José Alfredo Jiménez, entre muchos más, compusieron la música para diferentes escenas de las películas del momento. Esta aportación enriqueció al cine y comenzó a sentar las bases para la siguiente etapa en el cine, la creación del ídolo, tema del que hablaremos más adelante. Durante este proceso aparece una película cuyo tema central se desarrolla cobijado por el baile y la música, se llama “Salón México” (1948-Emilio Fernández) inspirada y recreada en el mundo del cabaret y los tugurios sórdidos de los barrios bajos de la ciudad, es quizás esta película el antecedente para el cine de cabareteras que tanto auge tomara en los años por venir, el danzón y los bailes de las rumberas comienzan un empoderamiento que definitivamente marcara el rumbo del cine que continua creciendo gracias a la poca producción cinematográfica de los países, que estando en guerra dejan atrás la creación cinematográfica de entretenimiento y avocan sus esfuerzos al cine de propaganda política, en estas circunstancias productores y trabajadores de la industria encuentran en México un oasis para su trabajo cinematográfico.
En este momento de la evolución del cine son las mismas canciones las que dan pie a temas completos de películas tal es el caso de la cinta “Hay Jalisco no te rajes” (1941- Ernesto Cortázar) donde el director se inspira en una novela homonimia y junto a Manuel Esperón crean una pieza del mismo nombre y le dan el papel principal a Jorge Negrete quien la actúa y que al igual que Pedro Infante comienza a conformar su imagen de ídolo, ambos son el prototipo de machos tiernos y complacientes que cantan canciones lo mismo montados en su caballo que al pie de la ventana de la mujer amada. Detrás de la formación de estos ídolos y de la consolidación del género en el cine esta la inspiración y genio de Manuel Esperón quien rodeado de genios como Buñuel, Gabriel Figueroa, Emilio Fernández y el mismo Cortázar, creo más de 900 canciones para un aproximado de 600 películas, a él se le deben muchas de las melodías clásicas de aquellos días y en mancuerna con Ernesto Cortázar da vida al mito del ídolo de México, creando la imagen de Jorge Negrete y Pedro infante, hay que destacar que esta dupla de directores y músicos encabezo por muchos años la creación y realización de la música de muchas cintas que al paso del tiempo se volvieron clásicas y en nuestros días son referente de la época de oro.
Continuara.............
Lic. Roberto Pérez Becerra
[email protected]
@sondetierra
- “Breve reseña de la época de oro del cine mexicano” Centro de Capacitación Cinematográfica, México 1992-
-“El Pachuco de oro” guion radiofónico Francisco Vargas México, 1996-
-“Cancionero popular de México” Culturas populares México, 1990-
.”Época de oro del cine mexicano” editorial Clío, México 1999-
Continuara.............
Lic. Roberto Pérez Becerra
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- “Breve reseña de la época de oro del cine mexicano” Centro de Capacitación Cinematográfica, México 1992-
-“El Pachuco de oro” guion radiofónico Francisco Vargas México, 1996-
-“Cancionero popular de México” Culturas populares México, 1990-
.”Época de oro del cine mexicano” editorial Clío, México 1999-