
El mundo ha reconocido durante el pasado mes de marzo el papel de las mujeres, su impacto en la sociedad y cultura; dicha acción no debería limitarse a un solo mes, es por ello que nos inspiramos en seguir hablando de aquellas mujeres que han transformado Yucatán a través de su trabajo.
Estás mujeres han aportado de forma significativa a la construcción de este paraíso cultural y turístico mediante el emprendimiento y la preservación de las tradiciones de la región; más allá de ser empresarias se han convertido en guardianas de la identidad Yucateca poniendo en alto su lugar de origen
La gastronomía es algo que se aprende, se domina y transforma gracias a las manos que la preparan, una plática entre ingredientes y el corazón de la cocinera, quien a cada hervor comparte una historia propia o de su pueblo.
Estas historias se comparten por generaciones preservando su esencia; por ello celebramos el trabajo de mujeres que día a día siguen compartiendo con el mundo los sabores de sus ancestros.

Oriunda de la comisaría de Yaxunah en el estado de Yucatán ha mantenido vivas las enseñanzas de sus abuelas y de las abuelas de ellas; y de igual forma enseñando a sus hijas y nietas lo que aprendió sobre las técnicas legendarias de la gastronomía maya que han cautivado al mundo.
Al igual que muchas, ella comenzó su paso por la cocina en el fogón de las tortillas mientras observaba a su familia preparando técnicas de antaño como el “Pib” del tradicional horno bajo tierra de la región, hoy por hoy se ha consolidado como una experta de estos procedimientos y ha logrado sorprender a los más grandes expertos de la industria con platillos como la cochinita pibil y el relleno negro, reconociéndola como la máxima exponente de la gastronomía tradicional yucateca.
Al igual que muchas, ella comenzó su paso por la cocina en el fogón de las tortillas mientras observaba a su familia preparando técnicas de antaño como el “Pib” del tradicional horno bajo tierra de la región, hoy por hoy se ha consolidado como una experta de estos procedimientos y ha logrado sorprender a los más grandes expertos de la industria con platillos como la cochinita pibil y el relleno negro, reconociéndola como la máxima exponente de la gastronomía tradicional yucateca.

Doña Evelia fue profesora del magisterio por 15 años, sin embargo, ella sabía bien que también la historia y los valores de un pueblo se enseñan a través de los platillos, y que las aportaciones que uno haga a cada platillo lo transforman para convertirlo emblemático.
En 2001 Doña Evelia abriría su cafetería Soberanis en Motul, rescatando un platillo tradicional de la región que le daría su toque personal (y muy representativo del estado) al añadir chile habanero a la salsa tradicional, proporcionando un sabor especial y emblemático de la península de Yucatán que ha seducido el paladar de comensales locales, nacionales e internacionales, abriéndose camino como una de las cocineras y empresarias más importantes del estado.
En 2001 Doña Evelia abriría su cafetería Soberanis en Motul, rescatando un platillo tradicional de la región que le daría su toque personal (y muy representativo del estado) al añadir chile habanero a la salsa tradicional, proporcionando un sabor especial y emblemático de la península de Yucatán que ha seducido el paladar de comensales locales, nacionales e internacionales, abriéndose camino como una de las cocineras y empresarias más importantes del estado.

El Restaurante Kinich del pueblo mágico de Izamal es todo un referente de la gastronomía yucateca desde el año 1993 y durante casi 30 años ha sido el restaurante anfitrión por excelencia para los eventos que definen la vida cultural, social, religiosa y turística de la región.
Este restaurante galardonado con grandes premios y reconocido como parte del conservatorio de la cultura gastronómica mexicana 2015 por la UNESCO y múltiples veces parte de la guía de los 120 mejores restaurantes de México, surge de los sueños y esfuerzo de Miriam Azcorra nativa del puedo de Izamal, quien ha trabajado a lo largo de su vida difundiendo la Cocina ancestral Yucateca a través de sus exquisitos platillos.
Además funge como embajadora del estado mediante la promoción de la Península de Yucatán como un destino de invaluable riqueza cultural, dotado de extraordinarios recursos naturales y gran diversidad turística en un entorno místico provisto por la cultura Maya.
Este restaurante galardonado con grandes premios y reconocido como parte del conservatorio de la cultura gastronómica mexicana 2015 por la UNESCO y múltiples veces parte de la guía de los 120 mejores restaurantes de México, surge de los sueños y esfuerzo de Miriam Azcorra nativa del puedo de Izamal, quien ha trabajado a lo largo de su vida difundiendo la Cocina ancestral Yucateca a través de sus exquisitos platillos.
Además funge como embajadora del estado mediante la promoción de la Península de Yucatán como un destino de invaluable riqueza cultural, dotado de extraordinarios recursos naturales y gran diversidad turística en un entorno místico provisto por la cultura Maya.

La juventud no nos hace ajenos a nuestra herencia y prueba de ello es Dalia María Yam quien desde muy niña aprendió el arte de hacer chocolate artesanal de la mano de su abuela Eulalia Teh quién le enseñó a preparar chocolate como un modo de convivencia entre ambas, haciendo juntas cada paso para obtener una pieza única, desde el proceso de tostado de cacao, la molienda (a mano), la elaboración de la pasta y el entablillado para finalmente disfrutar en compañía del resto de la familia el fruto de su trabajo.
Pese haber dejado su hogar en la comunidad de San Isidro Mac Yam para continuar con sus estudios a los 12 años Dalia nunca olvidó ni dejó atrás los recuerdos de su niñez, aprovechó el conocimiento adquirido a través de su abuela para sustentar sus gastos personales y de ese modo lograr convertirse en Ingeniera industrial.
Hoy en día, Dalia ha logrado lo que se ha propuesto y se dice una mujer apasionada, trabajadora, fanática de las costumbres y tradiciones de su pueblo. Convirtiendo esa tradición familiar en su emprendimiento, mediante el cual mantiene viva la tradición de elaborar chocolate de mesa, aperturando una casa tradicional que permite a los turistas conocer y aprender el proceso de elaboración del chocolate artesanal del mismo modo en que ella lo aprendió de su abuela.
Dalia se enorgullece de saber que su trabajo es reconocido por impulsar la cultura, el empoderamiento y emprendimiento. Inspirando a más mujeres a abrirse camino.
“En los últimos tiempos, se ha apostado por dar visibilidad a la figura femenina y a su situación a la hora de emprender casi cualquier proyecto. Por supuesto, también en el ámbito empresarial sentir el respaldo de otras mujeres nos hace sentir seguras y confiadas de lo que pudiéramos aportar a nuestra región”
Pese haber dejado su hogar en la comunidad de San Isidro Mac Yam para continuar con sus estudios a los 12 años Dalia nunca olvidó ni dejó atrás los recuerdos de su niñez, aprovechó el conocimiento adquirido a través de su abuela para sustentar sus gastos personales y de ese modo lograr convertirse en Ingeniera industrial.
Hoy en día, Dalia ha logrado lo que se ha propuesto y se dice una mujer apasionada, trabajadora, fanática de las costumbres y tradiciones de su pueblo. Convirtiendo esa tradición familiar en su emprendimiento, mediante el cual mantiene viva la tradición de elaborar chocolate de mesa, aperturando una casa tradicional que permite a los turistas conocer y aprender el proceso de elaboración del chocolate artesanal del mismo modo en que ella lo aprendió de su abuela.
Dalia se enorgullece de saber que su trabajo es reconocido por impulsar la cultura, el empoderamiento y emprendimiento. Inspirando a más mujeres a abrirse camino.
“En los últimos tiempos, se ha apostado por dar visibilidad a la figura femenina y a su situación a la hora de emprender casi cualquier proyecto. Por supuesto, también en el ámbito empresarial sentir el respaldo de otras mujeres nos hace sentir seguras y confiadas de lo que pudiéramos aportar a nuestra región”

A sus 84 años Doña Clotilde Poot continúa cocinando y compartiendo sus sabores con sus seres queridos e invitados, ni la edad ni el idioma han impedido que esta mujer nacida en el pueblo de Maní continúe con su “pasatiempo” favorito, cocinar.
Se dice que la necesidad es la madre de todas las acciones, y fue justamente por esa razón que doña Clotilde se vio en la necesidad de aprender y perfeccionar su técnica culinaria. Desde muy niña observaba a su madre torteando las tortillas para alimentar a su familia y de ese mismo modo lo haría ella.
Hasta la fecha doña Clotilde continúa haciendo tortillas para desayunar, comer y cenar, compartiendo con todos aquellos que la visitan una experiencia inigualable degustando de los platillos que aprendió a hacer a lo largo de su vida, como lo son el relleno negro, tamales colorados y pipián; platillos que se han mantenido vivos desde una cocina tradicional Maya sin tecnología donde todo aquel que se acerca es bienvenido.
Se dice que la necesidad es la madre de todas las acciones, y fue justamente por esa razón que doña Clotilde se vio en la necesidad de aprender y perfeccionar su técnica culinaria. Desde muy niña observaba a su madre torteando las tortillas para alimentar a su familia y de ese mismo modo lo haría ella.
Hasta la fecha doña Clotilde continúa haciendo tortillas para desayunar, comer y cenar, compartiendo con todos aquellos que la visitan una experiencia inigualable degustando de los platillos que aprendió a hacer a lo largo de su vida, como lo son el relleno negro, tamales colorados y pipián; platillos que se han mantenido vivos desde una cocina tradicional Maya sin tecnología donde todo aquel que se acerca es bienvenido.