Muchos hemos escuchado sobre este método, aparentemente sencillo, en donde se toma sangre de nuestras propias venas para poder de ahí sacar un tratamiento de rejuvenecimiento facial. Este sencillo método consiste en tomar un poco de sangre mediante una pequeña punción en una vena del brazo y ponerla a centrifugar para poder dividir lo que son las células roja de las células blancas.
Esas células blancas son ricas en plasma y plaquetas y son las que se están utilizando como un tratamiento novedoso para rejuvenecer. Sin embargo, la realidad es muy diferente a lo que se dice, si bien es un método sencillo, también la realidad es que no es ningún elíxir de la eterna juventud, ya que los resultados son de muy corta duración.
Esas células blancas son ricas en plasma y plaquetas y son las que se están utilizando como un tratamiento novedoso para rejuvenecer. Sin embargo, la realidad es muy diferente a lo que se dice, si bien es un método sencillo, también la realidad es que no es ningún elíxir de la eterna juventud, ya que los resultados son de muy corta duración.
Está demostrado que las células no se integran ni actúan en las células de la cara haciéndolas rejuvenecer. Es un tratamiento que quizá difícilmente durará, aunque no produce ningún daño a la piel.