Ingredientes la novela: La promesa del Ángel de Frédéric Lenoir y Violette Cabesos.
Hoy celebramos al Arcángel Gabriel como cada 24 de Marzo. Digo entenderán que son obvias las razones, para mi familia!!! no todos tienen la virtud de tener uno en casa lo entiendo...diría mi Nana Goya “Hoy sacamos la vajilla Sanborns”.
Como se sabe desde el siglo VI, en que Dionisio el Sirio tuvo la visión definitiva de las cosas, hay tres jerarquías angélicas en el coro celestial, con a su vez tres órdenes.
Por tanto, son nueve los coros angélicos; Los Ángeles son criaturas de Dios, espirituales en sustancia y en naturaleza, que juegan desde el cielo un papel en el gobierno divino del universo.
Los ángeles se ordenan en el cielo según el resplandor jerárquico de su proximidad relativa con la luz divina.
Como dice el Dante, “todos los lugares en el Cielo son el Paraíso, aun cuando la gracia de Dios no llueva en igual medida para todos”.
En su radiante armonía teológica, sin embargo, los ángeles esconden desde su origen el misterio del mal.
Nacidos de la mano de Dios llegan al cielo y la tierra divididos en dos bandos: el de la luz que baña el coro celestial y el de las tinieblas que cubre la rebelión fundadora de Luzbel, el pecado original del ángel supremo que se niega a ser menos que Dios, su creador.
“En el pecado original de Lucifer y los otros ángeles caídos”, dice Mortimer Adler, “y en las intervenciones subsecuentes en las cosas de los hombres, yacen los misterios teológicos del origen del mal en un mundo creado por la bondad y el amor de Dios”.
En la imaginación cristiana la lucha de los poderes de la luz y la oscuridad, del bien y del mal no es una batalla entre iguales, como quiso la herejía maniquea, sino una guerra de poderes angélicos, luminosos unos, oscuros otros, que actúan bajo la mirada y la autorización divina(perlitas de sabiduría que les dejo caer, hay no más, pa que tengan arto mucho cuidado a la hora de hacer sus invocaciones, ya que cualquier Ángel tiene luz y oscuridad)
En esta novela vamos a remontarnos al Monte Saint-Michel aunque no siempre se han llamado así. El islote, denominado originalmente Monte Tumba y, más tarde, «el Monte Saint-Michel a merced del mar», ha atravesado todas las épocas hasta convertirse actualmente en el tercer lugar más visitado de Francia.
Después de que el arcángel San Miguel se le apareciera tres veces en sueños a San Auberto, obispo de Avranches, se decidió construir un oratorio en honor a este personaje divino. Pero, ¿dónde? El presagio de un toro amarrado al Monte Tumba le anunció la ubicación de lo que sería el Monte Saint-Michel.
Durante la construcción del oratorio, el obispo de Avranches envió a dos canónigos en busca de reliquias de San Miguel. Según se cuenta, trajeron un trozo de su capa roja y un pedazo de mármol sobre el que el arcángel había puesto su pie.
Reúne más de 20 salas, entre ellas una capilla prerrománica, edificios religiosos románicos, un conjunto gótico apodado “la Maravilla” y un coro gótico flamígero.
Chupirul Coqueto: Archangel
Este fin de semana por fin podemos disfrutar de las buenas temperaturas y con la luz divina se dejarán caer en las redes sociales, un sin fin de nalgonas que mostrarán sus carnes como tributo a sus respectivos resultados después de el atlético inicio de año, lo comentó, porque cual Ángeles caídos, las esperamos con hartas ansias no me fallen!!!
Este Chupirul procede del mismísimo Niuu York, la Ciudad Luz o Luciferina?
Sus creadores son Michael Mcllroy y Richard Boccato, del “Milk & Honey”.( lugar que por cierto se encuentra cerrado chale)
Ingredientes
* Pepino (dos rodajas)
* Limón
* Ginebra (2 onzas y cuarto)
* Aperol (¾ de onza)
Preparación
Para su elaboración vamos a colocar las dos rodajas de pepino en el fondo de un vaso mezclador. Con un mortero las machacamos un poco y añadimos hielo. A continuación echamos la ginebra y el Aperol y removemos hasta que el cóctel esté bien frío.
Colamos y servimos en una copa de cóctel helada. Rematamos con un twist de limón Pa la decorada coquetona.
Análisis de la novela: La promesa del Ángel de Frédéric Lenoir y Violette Cabesos
Las pesadillas de Johanna, en las que le tortura la presencia de un monje decapitado y la repetición de una frase: «Hay que cavar la tierra para acceder al cielo», llevan a esta arqueóloga hasta los secretos de las piedras de Mont-Saint-Michel.
Busca hasta la extenuación las pistas escondidas desde el siglo XI, en la base de la abadía construida en honor al arcángel San Miguel. Su búsqueda la lleva por historias ocultas, donde las leyendas se mezclan con capítulos donde algunas muertes y sus fantasmas parecen gritar porque alguien desvele la verdad de lo sucedido.
Es difícil elaborar una sinopsis de esta novela. Se podría hacer “la breve”, anunciando los escenarios en los que se va a desenvolver. Pero si nos detenemos –aunque sea en un pequeño apunte– en los misterios con los que nos vamos a tropezar, podría ser farragoso e interminable.
Por eso, en esta reseña prefiero destacar algunos aspectos que en mi opinión, definen y marcan la lectura -para bien y para mal- de esta novela:
Si no te apasionan estos universos cerrados y opresivos de monjes que callan más que hablan, si te aburren los relatos relacionados con la construcción de edificios de gran calado o no te llama especialmente la pasión que encierra el material y el mimo con el que se detiene la arqueología para buscar respuestas, éste sin duda, no es tu libro.
-Johanna es la protagonista de la novela. Aparentemente tan sólo es una arqueóloga pasional, entregada a su trabajo, pero se revela como un personaje egoísta que arrastra con sus pesadillas personales a todos los que la rodean. Su pasión desaforada la convierte en un ser frío que se mueve por el instinto de sus intereses particulares ( es así como la versión feminista del Indian Jones). Y lo vemos no sólo en su empeño kamikaze por continuar su proyecto de excavación sino en sus relaciones sentimentales.
Mont-Saint-Michel impresiona aunque sólo hayamos visto una simple fotografía. Pero si se da la circunstancia de que lo conoces –aunque sea como un simple turista– el lugar que se describe en la novela .
Pareces vivirlo aún más a esta tremenda historia todo un Triller.
Reconozco que he vibrado de emoción al recordar el impacto que causa la cercanía de este enclave, que por más veces que se mire y por mucho que se recorra, no parece real. Por eso, insisto: probablemente esta lectura me haya atrapado de manera especial.
En definitiva, el arcángel que da nombre a esta novela y a su abadía, es muy recomendable: le pondrás paciencia –porque hay pasajes en las que hay que tenerla–, si este marco temático te gusta y si le pegas con singular gusto al Chupirul Coqueto Archangel (arcángel pues), que por cierto desliza de una manera divina al paladar, y con la fuerza suficiente como para embestir al toro, estarás más que complacid@, en una lectura para esta Semana Santa que ya esta muy cerca.
"¡Mirad! Hago un nuevo cielo y una nueva tierra", es decir, una serie de nuevos ciclos y una nueva humanidad.
Esto apunta a una culminación de eones, Ándenles sigan invocado manifestaciones angelicales, sin siquiera saber el nombre de su angelito de la guarda, hay me cuentan como les fue...
Hasta la próxima!!!
Gabriel Cervantes Laguna
Hoy celebramos al Arcángel Gabriel como cada 24 de Marzo. Digo entenderán que son obvias las razones, para mi familia!!! no todos tienen la virtud de tener uno en casa lo entiendo...diría mi Nana Goya “Hoy sacamos la vajilla Sanborns”.
Como se sabe desde el siglo VI, en que Dionisio el Sirio tuvo la visión definitiva de las cosas, hay tres jerarquías angélicas en el coro celestial, con a su vez tres órdenes.
Por tanto, son nueve los coros angélicos; Los Ángeles son criaturas de Dios, espirituales en sustancia y en naturaleza, que juegan desde el cielo un papel en el gobierno divino del universo.
Los ángeles se ordenan en el cielo según el resplandor jerárquico de su proximidad relativa con la luz divina.
Como dice el Dante, “todos los lugares en el Cielo son el Paraíso, aun cuando la gracia de Dios no llueva en igual medida para todos”.
En su radiante armonía teológica, sin embargo, los ángeles esconden desde su origen el misterio del mal.
Nacidos de la mano de Dios llegan al cielo y la tierra divididos en dos bandos: el de la luz que baña el coro celestial y el de las tinieblas que cubre la rebelión fundadora de Luzbel, el pecado original del ángel supremo que se niega a ser menos que Dios, su creador.
“En el pecado original de Lucifer y los otros ángeles caídos”, dice Mortimer Adler, “y en las intervenciones subsecuentes en las cosas de los hombres, yacen los misterios teológicos del origen del mal en un mundo creado por la bondad y el amor de Dios”.
En la imaginación cristiana la lucha de los poderes de la luz y la oscuridad, del bien y del mal no es una batalla entre iguales, como quiso la herejía maniquea, sino una guerra de poderes angélicos, luminosos unos, oscuros otros, que actúan bajo la mirada y la autorización divina(perlitas de sabiduría que les dejo caer, hay no más, pa que tengan arto mucho cuidado a la hora de hacer sus invocaciones, ya que cualquier Ángel tiene luz y oscuridad)
En esta novela vamos a remontarnos al Monte Saint-Michel aunque no siempre se han llamado así. El islote, denominado originalmente Monte Tumba y, más tarde, «el Monte Saint-Michel a merced del mar», ha atravesado todas las épocas hasta convertirse actualmente en el tercer lugar más visitado de Francia.
Después de que el arcángel San Miguel se le apareciera tres veces en sueños a San Auberto, obispo de Avranches, se decidió construir un oratorio en honor a este personaje divino. Pero, ¿dónde? El presagio de un toro amarrado al Monte Tumba le anunció la ubicación de lo que sería el Monte Saint-Michel.
Durante la construcción del oratorio, el obispo de Avranches envió a dos canónigos en busca de reliquias de San Miguel. Según se cuenta, trajeron un trozo de su capa roja y un pedazo de mármol sobre el que el arcángel había puesto su pie.
Reúne más de 20 salas, entre ellas una capilla prerrománica, edificios religiosos románicos, un conjunto gótico apodado “la Maravilla” y un coro gótico flamígero.
Chupirul Coqueto: Archangel
Este fin de semana por fin podemos disfrutar de las buenas temperaturas y con la luz divina se dejarán caer en las redes sociales, un sin fin de nalgonas que mostrarán sus carnes como tributo a sus respectivos resultados después de el atlético inicio de año, lo comentó, porque cual Ángeles caídos, las esperamos con hartas ansias no me fallen!!!
Este Chupirul procede del mismísimo Niuu York, la Ciudad Luz o Luciferina?
Sus creadores son Michael Mcllroy y Richard Boccato, del “Milk & Honey”.( lugar que por cierto se encuentra cerrado chale)
Ingredientes
* Pepino (dos rodajas)
* Limón
* Ginebra (2 onzas y cuarto)
* Aperol (¾ de onza)
Preparación
Para su elaboración vamos a colocar las dos rodajas de pepino en el fondo de un vaso mezclador. Con un mortero las machacamos un poco y añadimos hielo. A continuación echamos la ginebra y el Aperol y removemos hasta que el cóctel esté bien frío.
Colamos y servimos en una copa de cóctel helada. Rematamos con un twist de limón Pa la decorada coquetona.
Análisis de la novela: La promesa del Ángel de Frédéric Lenoir y Violette Cabesos
Las pesadillas de Johanna, en las que le tortura la presencia de un monje decapitado y la repetición de una frase: «Hay que cavar la tierra para acceder al cielo», llevan a esta arqueóloga hasta los secretos de las piedras de Mont-Saint-Michel.
Busca hasta la extenuación las pistas escondidas desde el siglo XI, en la base de la abadía construida en honor al arcángel San Miguel. Su búsqueda la lleva por historias ocultas, donde las leyendas se mezclan con capítulos donde algunas muertes y sus fantasmas parecen gritar porque alguien desvele la verdad de lo sucedido.
Es difícil elaborar una sinopsis de esta novela. Se podría hacer “la breve”, anunciando los escenarios en los que se va a desenvolver. Pero si nos detenemos –aunque sea en un pequeño apunte– en los misterios con los que nos vamos a tropezar, podría ser farragoso e interminable.
Por eso, en esta reseña prefiero destacar algunos aspectos que en mi opinión, definen y marcan la lectura -para bien y para mal- de esta novela:
Si no te apasionan estos universos cerrados y opresivos de monjes que callan más que hablan, si te aburren los relatos relacionados con la construcción de edificios de gran calado o no te llama especialmente la pasión que encierra el material y el mimo con el que se detiene la arqueología para buscar respuestas, éste sin duda, no es tu libro.
-Johanna es la protagonista de la novela. Aparentemente tan sólo es una arqueóloga pasional, entregada a su trabajo, pero se revela como un personaje egoísta que arrastra con sus pesadillas personales a todos los que la rodean. Su pasión desaforada la convierte en un ser frío que se mueve por el instinto de sus intereses particulares ( es así como la versión feminista del Indian Jones). Y lo vemos no sólo en su empeño kamikaze por continuar su proyecto de excavación sino en sus relaciones sentimentales.
Mont-Saint-Michel impresiona aunque sólo hayamos visto una simple fotografía. Pero si se da la circunstancia de que lo conoces –aunque sea como un simple turista– el lugar que se describe en la novela .
Pareces vivirlo aún más a esta tremenda historia todo un Triller.
Reconozco que he vibrado de emoción al recordar el impacto que causa la cercanía de este enclave, que por más veces que se mire y por mucho que se recorra, no parece real. Por eso, insisto: probablemente esta lectura me haya atrapado de manera especial.
En definitiva, el arcángel que da nombre a esta novela y a su abadía, es muy recomendable: le pondrás paciencia –porque hay pasajes en las que hay que tenerla–, si este marco temático te gusta y si le pegas con singular gusto al Chupirul Coqueto Archangel (arcángel pues), que por cierto desliza de una manera divina al paladar, y con la fuerza suficiente como para embestir al toro, estarás más que complacid@, en una lectura para esta Semana Santa que ya esta muy cerca.
"¡Mirad! Hago un nuevo cielo y una nueva tierra", es decir, una serie de nuevos ciclos y una nueva humanidad.
Esto apunta a una culminación de eones, Ándenles sigan invocado manifestaciones angelicales, sin siquiera saber el nombre de su angelito de la guarda, hay me cuentan como les fue...
Hasta la próxima!!!
Gabriel Cervantes Laguna