
Lectura muy al modo: como si Don Eulalio, relatara un recuerdo de su infancia, El libro del expreso polar nos cuenta, en primera persona, la historia de un niño que aborda un tren fantástico durante la Nochebuena.
Este tren lo llevará, en compañía de muchos otros niños, al Polo Norte (mismisimo así como si te subes en Pantitlán y te bajas en Observatorio, en el metro de la CDMX)
Uy no saben pero la Navidad es la mejor época para probar cocteles nuevos y diferentes. Ojalá y no salgas de fiesta pero seguro si lo vas a hacer, bueno total cada quién, esté coctelito seguro lo querrás para celebrar el espíritu festivo y mantener desinfectada la garganta,.
Chupirul Coqueto.- Cosmo Navideño.
INGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS):
* 200 ml de Cointreau (o licor de naranja)
* 200 ml de zumo de arándanos (el de Jumex está bien)
* el zumo de media lima, ya hay en el Super
* 400 ml de vodka absolut raspberri ( es el de botella roja)
* arándanos o cerezas congeladas para servir y decorar
* Bastones de caramelo de navidad
* Azúcar Blanca
PREPARACIÓN:
Combinar el licor, el zumo de arándanos y de la lima, junto con el vodka y un poco de hielo triturado( tipo raspado) en una coctelera.
Servir en 4 copas de Martini congeladas.
Con el zumo de lima moja la orilla de cada copa y sumérgelas en el azúcar
Decorar con algunos arándanos o cerezas congeladas.
Y le ponemos un bastoncito de caramelo navideño.
Ojo.- Los Cosmos son traicioneros, pero de que ves a Santa lo ves, neta confirmado.
-Análisis del libro «El Expreso Polar, de Chris Van Allsburg»
El Polo Norte es imaginado por algunos niños como un lugar frío y lejano, con los clásicos osos polares, bueno así nos tocó conocerlo a mis críos y a mi, hace algunos años, fuimos a ver donde habita el gordito de Santa Claus, acompañado por sus duendes (chalanes sin goce de sueldo) y sus renos (sistema sofisticado de propulsión, hecho la ching...). No es considerado un lugar de fácil acceso, por lo cual suponen que para llegar ahí se tendría que emprender un largo viaje.(cuando fuimos hicimos 18hrs) Sin embargo, el tren ligero de esta historia no es convencional; se trata de un tren expreso que recorre largas distancias entre bosques, valles y montañas, a muy alta velocidad. De este modo, muchos niños son llevados al Polo Norte y retornados a sus casas en una sola noche. (Neta).
El protagonista es un niño que, a pesar de la incredulidad de un amigo de la cuadra (ya saben el Niño amargado e hijo del Grinch, que nunca falta y que les dice que Santa no existe), tiene la Fe de creer que Santa Claus le traerá juguetes en esa Nochebuena. Igualita a la ilusión de cientos de amigas que han pasado muchas navidades sin tener una noche buena.
Pero esa como diría mi Nana Goya es otra historia, aquí el chiste es que mientras el chamaco permanece en silencio intentando escuchar los cascabeles del trineo de Santa, el escuincle escucha el silbido de un tren detenido exactamente en la puerta de su casa. El conductor lo invita a abordar el Expreso Polar y él acepta encantado. Dentro del tren se vive un festivo espíritu navideño lleno de niños ilusionados que viajan en él.
Al llegar al Polo Norte, todos se reúnen en el centro de la ciudad para ver la entrega del primer regalo de Navidad. El protagonista de nuestra historia( el cual no tiene nombre pero le vamos a poner el Bendi) resulta ser el elegido. Ante la pregunta de Santa sobre qué regalo desearía, el Bendi, en vez de elegir algún juguete, decide pedir lo que más anhelaba: un cascabel plateado del trineo de Santa Claus. ( digamos que el chamaco le vio futuro económico al cascabel).
Este cascabel representa la ilusión de la Navidad. Es el símbolo que el niño quiere tener consigo para recordar que existe la Navidad, y que neta vale la pena soñar e imaginar, aunque el resto le diga lo contrario. El cascabel le da una razón para mantener vivas sus ilusiones. Por todo eso, en lugar de pedir un regalo que le daría una alegría temporal, el niño pide algo que sabe que no dejará de tener significado para su vida.( bueno y es que en el relato nunca se menciona que había Play’s o XBox, verdad).
Luego de recibirlo, el niño guarda el cascabel en su bolsillo y ve a Santa Claus elevarse en su trineo, camino a repartir los demás regalos de Navidad. Al volver al Expreso Polar, los demás niños quieren ver el cascabel pero él no lo encuentra y se da cuenta de un agujero en su bolsillo. Se entristece mucho por haber perdido el cascabel pero ya no hay tiempo para ir a buscarlo.
A la mañana siguiente, el niño y su hermana abren sus regalos. Entre ellos encuentran una pequeña caja dentro de la cual estaba el cascabel plateado.
Y una nota del Santa (cagándolo por endejo, Jaja no es cierto) solo le dice que lo encontró en el asiento de su trineo.
Al agitar el cascabel, ambos hermanos escuchan el sonido más hermoso que jamás hubieran imaginado.
Sus padres, en cambio, piensan que el cascabel no funciona ya que ellos no pueden escucharlo.
Una pequeña línea en la nota explica que el cascabel no puede ser escuchado por todos los que no creen en la magia de la Navidad y que algunos que podían oírlo en algún momento dejaran de hacerlo.
¿Chale que triste no? acaso porque, llegado un momento, dejan de creer en la magia de la Navidad o simplemente creciste tan amargado que dejaste de ver la vida con un poco de alegría y fantasía.
Así como el cascabel no puede ser oído por todos, la magia y la fantasía no tocan a todos de la misma manera, me queda claro y digo en el mundo de lo políticamente correcto, pues respeto, pero neta que culey vivir así sin motivo de festejo, apapacho, arrumaco y entrega a tus seres queridos no?.
Esta historia es narrada por el protagonista ( El Bendi) muchos años después, con una ternura e inocencia que se rehúsa a perder. A algunos adultos tal vez nos recuerde aquellas cosas en las que dejamos de creer, las fantasías que dejamos de disfrutar o aquella magia que antes protagonizábamos y ahora solo vemos de lejos en escaparates de tiendas y jugueterías.
El candor de la infancia se deja ver en muchas escenas del cuento, tanto en el texto como en las ilustraciones a doble página, las cuales parecen ser individualmente cuadros navideños bien bonitos.
Las emociones de los rostros de los niños logran retratar su ingenuidad e ilusión. Las imágenes, algo difusas, llevan a pensar en la nebulosa entre la fantasía y la realidad, entre la vigilia y el sueño, propia de la Noche Buena.
La de navidad eh!!!, no se anden haciendo ilusiones chamacas cochinas.
Pero, más allá de dirigir mi interpretación a la comunidad, prefiero continuar con el chupirul Coqueto que evoca la idea de que todo no es un sueño, y que aunque sea con la ayuda del alcohol logren difuminar esos límites, para dejarse llevar como lectores a ser parte de esta atmósfera navideña, en la cual la fantasía está permitida y el espíritu de compartir.
Quizá, luego de leer este nostálgico y entrañable libro álbum, les caiga el veinte y puedan darse la oportunidad de volver a escuchar el cascabel de Navidad y así acompañar la ilusión de los más pequeños en casa y quizás ya no tan pequeños como en el caso de mis críos, que dentro de todo siguen esperando la ilusión de la Navidad año con año como una época que nos hace más humanos.
Me vienen recuerdos cuando fui director de una casa hogar y Santa y los Reyes llegaban para miles de niños, así que Si puedes comparte un juguete con alguien que no tiene la oportunidad de tener nada en esta navidad, si no con una sonrisa en esta época en donde muchos también sufren es un bonito detalle.
Hasta la próxima!!!
Gabriel Cervantes Laguna.