¡Llegamos a cumplir el reto que solito me auto impuse, A Wilson!!! Un año de lecturas ininterrumpidas con 52 juevebes literarios y chequen dato, hace un año exactamente todo comenzó cuando publique unos textos sobre la novela el amor en tiempos de cólera, que por obvias razones, ya lo verán más adelante queda muy bien para la pandemia que estamos viviendo, hace un año estábamos mucho más preocupados, mucho más inciertos y el tiempo parecía no transcurrir, la moral estaba muy baja y observé a muchas personas en una profunda depresión, fue también que comencé con mi campaña de reparte amor.
El chiste fue dar cultura y amor, como dicta la novela de Garcia Márquez, vieran que el ejercicio resultó muy bien se desarrolló un movimiento literario que su servilleta jamás hubiera imaginado.
Nunca en mi vida de los nunca había logrado interesar a más de 10 personas en mi vida, jajajaja incluyendo a mi madre e hijos, no es por nada, pero todas las personas que me leen y re trasmiten mis locuras, para mi tienen un gran valor (aunque lamento decir que no conozco a ninguna), mi Máximo fueron legar a los 208 like’s directos y entre las compartidas y algunas revistas especializadas que se vuelan o publican mis textos se han logrado hasta las 2000 interacciones por publicación créame para el mundo en la onda disque culta (quesque FiFi’s) es un súper triunfo, Si, si lo sé cualquier nalgona con una sola foto y si texto logra más que esoooo!!!, jajajaja bueno hasta logre que las nalgonas me siguieran y fui perseguido constantemente por el clan de las “saludables”, intentando a toda costa venderme Herbalife, Blue and Pink (Ni modo a esas solo les interese por mi cuerpo).
Y hablando de la combinación de alcohol en los Juevebes y del porque subo mis intentos de recetas etílicas y chupirules coquetos, la neta la neta es porque soy un Barman frustrado, y ahora ya con mi medio siglo a cuestas y con mis hijos mas grandes( ingresando a la pubertad) como que le da mas ondita eso de leer con un pegol, y la neta ya estamos dejando atrás las lecturas de cuentos 100% infantiles, aunque los dulces, para su lectura siguen siendo toda una tradición familiar, a lo largo de nuestra vida por los casi primeros 14 años que llevo de papá.
Total el chiste es qué hoy, hoy, hoy al cumplir un año, mi madre ya fue vacunada al 100 y el Yo ya tengo mi esquema completo de vacuna.
Chupirul Coqueto.- Chozas Carrascal “ Anma”
No saben la belleza que es probar este tinto, recién llegado a CDMX, vinificado con uvas Garnacha tinta y Syrah, resultado de la vinificación de Julian y Maria José hijos de los propietarios de la bodega de Chozas Carrascal estampado su nueva energia y cariño al vino.
Todas las garantías de calidad, precio y prestigio de una bodega de vinos de pago , artifice de mucha calidad con un gusto exquisito propio para el festejo de haber logrado el objetivo de tener el año de los Juevebes literarios!!!
Uvas: Syrah y Garnacha.
ANÁLISIS SENSORIAL
Rojo cereza picota, con ribete de color rubí. Capa media. Lágrima generosa y aspecto limpio y brillante.
Aromas finos y a su vez complejos, nariz intensa y elegante. Aromas a fruta roja madura, con notas tostadas y balsámicas, atisbando también sutiles toques torrefactos y minerales.
En paladar resalta su ataque suave y redondo y su tanino pulido. Con un paso de boca medio, de acidez equilibrada que potencia su sedosidad. Retrogusto persistente, haciendo recordar esos matices tostados.
RECOMENDACIONES
Temperatura de servicio: Entre 14º- 16º aproximadamente
Consumo: Óptimo hasta 2024 aproximadamente si se conserva en buenas condiciones, claro que la caja no me va a durar más de dos semanas jajajajaja.
Análisis.- La novela: El amor en los tiempos del cólera’, de Gabriel García Márquez.
El amor en los tiempos del cólera.
La publicó en 1985, tres años después de recibir el Premio Nobel de Literatura. Una gran novela que rinde homenaje a los folletines amorosos del siglo XIX protagonizada por Florentino Ariza y Fermina Daza. El amor inocente y profundo hasta el delirio y la fiebre, el amor eterno por no correspondido que se espera toda la vida, la espera compensada «cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches» después.
Es una de las más bellas historias de amor en fondo y forma con un lenguaje en el que García Márquez refleja los muchos y desconocidos sentimientos, describe magistralmente agonías y sensaciones amorosas. Se trata de una de sus novelas más poéticas hasta crear un tratado del amor, el romance, la pasión, el dolor y la espera.
Fermina Daza, Florentino Ariza, Juvenal Urbino son personajes totalmente imaginarios, pero parte de la vida del Gabo y muchos de sus actos son de personajes reales que conoció . Por ejemplo, los amores de Florentino Ariza y Fermina Daza, tan desgraciados en los primeros años, son una copia literal, minuto a minuto, de los amores de sus padres. El papá del autor era el telegrafista del pueblo y la madre era la chica bonita( algo así como la Megan Fox (del Barrio) Los abuelos no eran ricos, pero era gente relativamente acomodada. Y, sobre todo, la madre era la niña de sus ojos y ella era la única hija. El viaje en que los primos llevan en mula a Fermina Daza, y el modo en que ella recurre a los telegrafistas para comunicarse con Florentino Ariza, es muy exacto, y la región corresponde puntualmente al libro. Ahora, el carácter de Florentino Ariza y el carácter de Fermina Daza están adaptados por supuesto a la conveniencia del drama, pero, de todas maneras, tienen mucho de los padres. De Garcia Márquez De el padre, Florentino Ariza tiene el haber sido telegrafista, tocar el violín, escribir versos más o menos clandestinos y enamorarse locamente. Y de la madre Fermina Daza tiene ese carácter fuerte, sobre todo ese sentido casi inconsciente del poder que tuvo siempre su progenitora con sus doce hijos, y que siempre la hacía el centro de la autoridad (su madre debió de haber sido la celadora de la casa).
Tengo un dilema. Antes de escribir estas líneas, he tenido que pensar muy mucho cada cosa que iba a decir. He seguido los pasos normales, a saber, cierro el libro que he terminado de leer, espero un día o dos, me siento a hacer la reseña, la inspiración llega. Lo primero y lo segundo ha sido fácil, lo tercero y lo cuarto no, en absoluto, pues, ¿Cómo reseñar una obra como El amor en los tiempos del cólera sin parecer estúpido o superficial, o ambas cosas al mismo tiempo? Sé que nada que aquí escriba le sumará lo más mínimo a esta novela, y que diga lo que diga no llegaré a andar cerca de tratarla como se merece.
En fin, ahí va.
El amor en los tiempos del cólera es, como más de uno se imaginará, una historia de amor. Se trata de un amor imposible, que dura casi sesenta años, y que sobrevive pese a las trabas que le pone una ciudad demasiado tradicional, una sociedad demasiado clasista, y un tiempo demasiado cambiante. El tiempo de las epidemias de cólera.
La narración gira en torno a sus dos protagonistas, Fermina Daza y Florentino Ariza, cada uno por su lado, tal y como el destino lo quiso. Sus vidas son, casi por casualidad, un repaso histórico a los cambios sufridos en el Caribe desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX.
Por dónde empezar. No lo sé, es la verdad. Porque el libro es de amor, pero no utiliza el amor como un adorno de fondo que acompaña a los personajes del punto a al b. No, más bien es al contrario. El amor, tratado como el sentimiento más puro que el ser humano pueda sentir, es un simple medio, al igual que el río Magdalena por donde transcurren los barcos de la CFC, compañía para la que trabaja Florentino Ariza. El río es la metáfora del amor, que trae y lleva personas, seres queridos, mensajes, mercancías preciadas, pero también enfermedades y malas noticias. El amor, al igual que las aguas del río Magdalena, es personaje principal. No habla, pero hace hablar, no interviene, pero hace que se hagan cosas.
Este amor puro, que está en todas partes como un genio que hace y deshace a su voluntad, cobra diferentes significados y formas dependiendo del momento, del personaje, en general, de la situación. Porque estamos hablando del amor más puro, sí, pero también de personas de verdad, de carne y hueso, que sienten y padecen, y que por lo tanto, no son tan puros. Esto lleva a García Márquez a introducirse en lo más profundo de los sentimientos (tanto buenos como malos) del ser humano, realizando con ello un retrato hiperrealista de nuestra propia naturaleza. Cada matiz, cada mínimo detalle de los sentimientos, sale a superficie y se muestran con un lenguaje tan claro que, para colmo, resulta incluso simple.
Esto me lleva a pensar si realmente García Márquez no era un Aliencito venido a la Tierra con la misión de estudiarnos y elaborar un informe detallado sobre nosotros, nuestro comportamiento, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos. De verdad que nunca he visto ni leído nada que presente al ser humano tan desnudo, tan frágil, tan REAL. Es el complejo trabajo de un ser de otro mundo, capaz de vernos desde una óptica que nosotros, el común de los mortales, no llegamos a alcanzar.
Es tanta la complejidad y la profundidad, que luego resulta incluso humillante que sea capaz de exponerlo todo en una narración tan rebosante de imágenes, belleza, e incluso humor. Una narración que fluye con una suavidad imposible.
Simplemente fascinante.
Comparándola con las otras obras que había tenido la oportunidad (y el placer) de leer de este gran autor colombiano, Crónica de una muerte anunciada, El coronel no tiene quien le escriba, y Cien años de soledad, debo reconocer que confundí su estilo con la última, que es mi novela favorita. Bien, tras haber terminado el segundo capítulo, ya me di cuenta de que García Márquez lo había vuelto a hacer: había escrito otro libro totalmente distinto a los demás, pero de idéntica genialidad. Si bien El amor en los tiempos del cólera no alcanza ese punto de hilarante incoherencia controlada de Cien años de soledad, sí que es un libro mucho más maduro. También pretende (y consigue) el placer del lector con un lenguaje que se puede paladear, pero la gran diferencia está en que tiene una mayor pausa. Gracias a ella, puede penetrar como dije en aspectos ignotos de la vida.
Es tal vez esa pausa a la hora de narrar, el tomarse todo el tiempo necesario en mostrarnos cada detalle, lo que hace de El amor en los tiempos del cólera lo contrario a los libros de consumo rápido que tanto proliferan hoy en día. Si se busca una lectura que simplemente entretenga, éste sin duda no es el libro. De hecho sólo recomendaría su lectura a personas que tienen tiempo de repasar las páginas, de tomar notas, de releer. Nada de consumir capítulo tras capítulo. Este tempo pausado permitirá a los que hayan vivido mucho, reencontrarse con sensaciones familiares. Y a quienes no hayan vivido tanto, tener una lección de vida que sin duda agradecerán en el futuro.
No quiero despedirme sin antes haber hablado más a fondo del humor en esta novela. Creo que es algo presente en todo García Márquez, pero muy especialmente aquí. Hay momentos desternillantes, de tener que soltar el libro y comenzar a reír a carcajada limpia sin importar si se está en el salón de casa o en el metro. Es algo que no he experimentado con ningún otro libro, ni siquiera con algunos de humor, propiamente dicho. Creo que el secreto está en que el narrador, en su afán por mostrarnos la realidad de una forma tan bella y cuidada, nos devuelve a la realidad cuando nos muestra lo que dicen los personajes, no tan perfectos y puros. El contraste es devastador.
Creo que lo voy a explicar mejor copiando aquí un fragmento como ejemplo (uno cualquiera de los muchos que podría poner).
“A un cierto momento, Hildebranda confesó: cuando el doctor Juvenal Urbino se vendó los ojos y ella vio el resplandor de sus dientes perfectos entre sus labios rosados, había sentido un deseo irresistible de comérselo a besos. Fermina Daza se revolvió contra la pared y puso término a la conversación sin ánimo de ofender, más bien sonriente, pero con todo el corazón.
—¡Qué puta eres! —dijo.”
Bueno, y ya está. He conseguido finalizar la reseña, con la incómoda sensación de haberme dejado mucho, muchísimo en el tintero. En resumen: qué gran obra, qué gran autor, y qué gran legado para la humanidad. Qué contentos deben de estar en su planeta de origen con su regreso y el Yo de haber concluido este primer año de Juevebes literarios de mi campaña de dar amor al mundo y de haber logrado sentirme barman por aunque sea un día, gracias totales a todas las personas amigos familiares desconocidos y personas sin tener nada que hacer al leerme al haberme regalado su tiempo sus comentarios sus laminadas, sus regalos misteriosos de libros y cuanta cosa bonita recibí durante este ciclo.
Ahora si como dicen los que saben vas a dedicarnos a lo que deja y dejemos para después lo que apendeja.
Mil gracias por compartir con cada uno esta aventura, salud y hasta la próxima!!!
Gabossfera
Gabriel Cervantes Laguna
El chiste fue dar cultura y amor, como dicta la novela de Garcia Márquez, vieran que el ejercicio resultó muy bien se desarrolló un movimiento literario que su servilleta jamás hubiera imaginado.
Nunca en mi vida de los nunca había logrado interesar a más de 10 personas en mi vida, jajajaja incluyendo a mi madre e hijos, no es por nada, pero todas las personas que me leen y re trasmiten mis locuras, para mi tienen un gran valor (aunque lamento decir que no conozco a ninguna), mi Máximo fueron legar a los 208 like’s directos y entre las compartidas y algunas revistas especializadas que se vuelan o publican mis textos se han logrado hasta las 2000 interacciones por publicación créame para el mundo en la onda disque culta (quesque FiFi’s) es un súper triunfo, Si, si lo sé cualquier nalgona con una sola foto y si texto logra más que esoooo!!!, jajajaja bueno hasta logre que las nalgonas me siguieran y fui perseguido constantemente por el clan de las “saludables”, intentando a toda costa venderme Herbalife, Blue and Pink (Ni modo a esas solo les interese por mi cuerpo).
Y hablando de la combinación de alcohol en los Juevebes y del porque subo mis intentos de recetas etílicas y chupirules coquetos, la neta la neta es porque soy un Barman frustrado, y ahora ya con mi medio siglo a cuestas y con mis hijos mas grandes( ingresando a la pubertad) como que le da mas ondita eso de leer con un pegol, y la neta ya estamos dejando atrás las lecturas de cuentos 100% infantiles, aunque los dulces, para su lectura siguen siendo toda una tradición familiar, a lo largo de nuestra vida por los casi primeros 14 años que llevo de papá.
Total el chiste es qué hoy, hoy, hoy al cumplir un año, mi madre ya fue vacunada al 100 y el Yo ya tengo mi esquema completo de vacuna.
Chupirul Coqueto.- Chozas Carrascal “ Anma”
No saben la belleza que es probar este tinto, recién llegado a CDMX, vinificado con uvas Garnacha tinta y Syrah, resultado de la vinificación de Julian y Maria José hijos de los propietarios de la bodega de Chozas Carrascal estampado su nueva energia y cariño al vino.
Todas las garantías de calidad, precio y prestigio de una bodega de vinos de pago , artifice de mucha calidad con un gusto exquisito propio para el festejo de haber logrado el objetivo de tener el año de los Juevebes literarios!!!
Uvas: Syrah y Garnacha.
ANÁLISIS SENSORIAL
Rojo cereza picota, con ribete de color rubí. Capa media. Lágrima generosa y aspecto limpio y brillante.
Aromas finos y a su vez complejos, nariz intensa y elegante. Aromas a fruta roja madura, con notas tostadas y balsámicas, atisbando también sutiles toques torrefactos y minerales.
En paladar resalta su ataque suave y redondo y su tanino pulido. Con un paso de boca medio, de acidez equilibrada que potencia su sedosidad. Retrogusto persistente, haciendo recordar esos matices tostados.
RECOMENDACIONES
Temperatura de servicio: Entre 14º- 16º aproximadamente
Consumo: Óptimo hasta 2024 aproximadamente si se conserva en buenas condiciones, claro que la caja no me va a durar más de dos semanas jajajajaja.
Análisis.- La novela: El amor en los tiempos del cólera’, de Gabriel García Márquez.
El amor en los tiempos del cólera.
La publicó en 1985, tres años después de recibir el Premio Nobel de Literatura. Una gran novela que rinde homenaje a los folletines amorosos del siglo XIX protagonizada por Florentino Ariza y Fermina Daza. El amor inocente y profundo hasta el delirio y la fiebre, el amor eterno por no correspondido que se espera toda la vida, la espera compensada «cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches» después.
Es una de las más bellas historias de amor en fondo y forma con un lenguaje en el que García Márquez refleja los muchos y desconocidos sentimientos, describe magistralmente agonías y sensaciones amorosas. Se trata de una de sus novelas más poéticas hasta crear un tratado del amor, el romance, la pasión, el dolor y la espera.
Fermina Daza, Florentino Ariza, Juvenal Urbino son personajes totalmente imaginarios, pero parte de la vida del Gabo y muchos de sus actos son de personajes reales que conoció . Por ejemplo, los amores de Florentino Ariza y Fermina Daza, tan desgraciados en los primeros años, son una copia literal, minuto a minuto, de los amores de sus padres. El papá del autor era el telegrafista del pueblo y la madre era la chica bonita( algo así como la Megan Fox (del Barrio) Los abuelos no eran ricos, pero era gente relativamente acomodada. Y, sobre todo, la madre era la niña de sus ojos y ella era la única hija. El viaje en que los primos llevan en mula a Fermina Daza, y el modo en que ella recurre a los telegrafistas para comunicarse con Florentino Ariza, es muy exacto, y la región corresponde puntualmente al libro. Ahora, el carácter de Florentino Ariza y el carácter de Fermina Daza están adaptados por supuesto a la conveniencia del drama, pero, de todas maneras, tienen mucho de los padres. De Garcia Márquez De el padre, Florentino Ariza tiene el haber sido telegrafista, tocar el violín, escribir versos más o menos clandestinos y enamorarse locamente. Y de la madre Fermina Daza tiene ese carácter fuerte, sobre todo ese sentido casi inconsciente del poder que tuvo siempre su progenitora con sus doce hijos, y que siempre la hacía el centro de la autoridad (su madre debió de haber sido la celadora de la casa).
Tengo un dilema. Antes de escribir estas líneas, he tenido que pensar muy mucho cada cosa que iba a decir. He seguido los pasos normales, a saber, cierro el libro que he terminado de leer, espero un día o dos, me siento a hacer la reseña, la inspiración llega. Lo primero y lo segundo ha sido fácil, lo tercero y lo cuarto no, en absoluto, pues, ¿Cómo reseñar una obra como El amor en los tiempos del cólera sin parecer estúpido o superficial, o ambas cosas al mismo tiempo? Sé que nada que aquí escriba le sumará lo más mínimo a esta novela, y que diga lo que diga no llegaré a andar cerca de tratarla como se merece.
En fin, ahí va.
El amor en los tiempos del cólera es, como más de uno se imaginará, una historia de amor. Se trata de un amor imposible, que dura casi sesenta años, y que sobrevive pese a las trabas que le pone una ciudad demasiado tradicional, una sociedad demasiado clasista, y un tiempo demasiado cambiante. El tiempo de las epidemias de cólera.
La narración gira en torno a sus dos protagonistas, Fermina Daza y Florentino Ariza, cada uno por su lado, tal y como el destino lo quiso. Sus vidas son, casi por casualidad, un repaso histórico a los cambios sufridos en el Caribe desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX.
Por dónde empezar. No lo sé, es la verdad. Porque el libro es de amor, pero no utiliza el amor como un adorno de fondo que acompaña a los personajes del punto a al b. No, más bien es al contrario. El amor, tratado como el sentimiento más puro que el ser humano pueda sentir, es un simple medio, al igual que el río Magdalena por donde transcurren los barcos de la CFC, compañía para la que trabaja Florentino Ariza. El río es la metáfora del amor, que trae y lleva personas, seres queridos, mensajes, mercancías preciadas, pero también enfermedades y malas noticias. El amor, al igual que las aguas del río Magdalena, es personaje principal. No habla, pero hace hablar, no interviene, pero hace que se hagan cosas.
Este amor puro, que está en todas partes como un genio que hace y deshace a su voluntad, cobra diferentes significados y formas dependiendo del momento, del personaje, en general, de la situación. Porque estamos hablando del amor más puro, sí, pero también de personas de verdad, de carne y hueso, que sienten y padecen, y que por lo tanto, no son tan puros. Esto lleva a García Márquez a introducirse en lo más profundo de los sentimientos (tanto buenos como malos) del ser humano, realizando con ello un retrato hiperrealista de nuestra propia naturaleza. Cada matiz, cada mínimo detalle de los sentimientos, sale a superficie y se muestran con un lenguaje tan claro que, para colmo, resulta incluso simple.
Esto me lleva a pensar si realmente García Márquez no era un Aliencito venido a la Tierra con la misión de estudiarnos y elaborar un informe detallado sobre nosotros, nuestro comportamiento, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos. De verdad que nunca he visto ni leído nada que presente al ser humano tan desnudo, tan frágil, tan REAL. Es el complejo trabajo de un ser de otro mundo, capaz de vernos desde una óptica que nosotros, el común de los mortales, no llegamos a alcanzar.
Es tanta la complejidad y la profundidad, que luego resulta incluso humillante que sea capaz de exponerlo todo en una narración tan rebosante de imágenes, belleza, e incluso humor. Una narración que fluye con una suavidad imposible.
Simplemente fascinante.
Comparándola con las otras obras que había tenido la oportunidad (y el placer) de leer de este gran autor colombiano, Crónica de una muerte anunciada, El coronel no tiene quien le escriba, y Cien años de soledad, debo reconocer que confundí su estilo con la última, que es mi novela favorita. Bien, tras haber terminado el segundo capítulo, ya me di cuenta de que García Márquez lo había vuelto a hacer: había escrito otro libro totalmente distinto a los demás, pero de idéntica genialidad. Si bien El amor en los tiempos del cólera no alcanza ese punto de hilarante incoherencia controlada de Cien años de soledad, sí que es un libro mucho más maduro. También pretende (y consigue) el placer del lector con un lenguaje que se puede paladear, pero la gran diferencia está en que tiene una mayor pausa. Gracias a ella, puede penetrar como dije en aspectos ignotos de la vida.
Es tal vez esa pausa a la hora de narrar, el tomarse todo el tiempo necesario en mostrarnos cada detalle, lo que hace de El amor en los tiempos del cólera lo contrario a los libros de consumo rápido que tanto proliferan hoy en día. Si se busca una lectura que simplemente entretenga, éste sin duda no es el libro. De hecho sólo recomendaría su lectura a personas que tienen tiempo de repasar las páginas, de tomar notas, de releer. Nada de consumir capítulo tras capítulo. Este tempo pausado permitirá a los que hayan vivido mucho, reencontrarse con sensaciones familiares. Y a quienes no hayan vivido tanto, tener una lección de vida que sin duda agradecerán en el futuro.
No quiero despedirme sin antes haber hablado más a fondo del humor en esta novela. Creo que es algo presente en todo García Márquez, pero muy especialmente aquí. Hay momentos desternillantes, de tener que soltar el libro y comenzar a reír a carcajada limpia sin importar si se está en el salón de casa o en el metro. Es algo que no he experimentado con ningún otro libro, ni siquiera con algunos de humor, propiamente dicho. Creo que el secreto está en que el narrador, en su afán por mostrarnos la realidad de una forma tan bella y cuidada, nos devuelve a la realidad cuando nos muestra lo que dicen los personajes, no tan perfectos y puros. El contraste es devastador.
Creo que lo voy a explicar mejor copiando aquí un fragmento como ejemplo (uno cualquiera de los muchos que podría poner).
“A un cierto momento, Hildebranda confesó: cuando el doctor Juvenal Urbino se vendó los ojos y ella vio el resplandor de sus dientes perfectos entre sus labios rosados, había sentido un deseo irresistible de comérselo a besos. Fermina Daza se revolvió contra la pared y puso término a la conversación sin ánimo de ofender, más bien sonriente, pero con todo el corazón.
—¡Qué puta eres! —dijo.”
Bueno, y ya está. He conseguido finalizar la reseña, con la incómoda sensación de haberme dejado mucho, muchísimo en el tintero. En resumen: qué gran obra, qué gran autor, y qué gran legado para la humanidad. Qué contentos deben de estar en su planeta de origen con su regreso y el Yo de haber concluido este primer año de Juevebes literarios de mi campaña de dar amor al mundo y de haber logrado sentirme barman por aunque sea un día, gracias totales a todas las personas amigos familiares desconocidos y personas sin tener nada que hacer al leerme al haberme regalado su tiempo sus comentarios sus laminadas, sus regalos misteriosos de libros y cuanta cosa bonita recibí durante este ciclo.
Ahora si como dicen los que saben vas a dedicarnos a lo que deja y dejemos para después lo que apendeja.
Mil gracias por compartir con cada uno esta aventura, salud y hasta la próxima!!!
Gabossfera
Gabriel Cervantes Laguna